“José Manuel Romero Sánchez: La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, el reto está en cómo integrarla en la enfermería”

Escrito el 05/09/2025
Gema Freire Martell

José Manuel Romero Sánchez.

El profesor de la Universidad de Cádiz destaca los retos éticos y las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial para mejorar la docencia, la investigación y la práctica enfermera

Gema Freire.- Los próximos 16 y 17 de octubre se celebrarán en Cádiz las VII Jornadas sobre Conocimiento Enfermero, organizadas por el Colegio de Enfermería de Cádiz. Una cita imprescindible para compartir experiencias, avances e innovación en el ámbito enfermero.

La edición de este año contará con mesas redondas y ponencias en las que se abordarán temáticas de gran actualidad, como la aplicación de la inteligencia artificial en la docencia y la investigación en Enfermería.

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En este contexto, entrevistamos a José Manuel Romero Sánchez, enfermero y doctor en Ciencias de la Salud, además de profesor del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz. Romero participará en la mesa redonda “Inteligencia Artificial e Investigación Enfermera. Retos y Oportunidad”, que tendrá lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras.

¿Qué aspecto abordará en su intervención dentro de la mesa redonda sobre inteligencia artificial en estas VII Jornadas?

José Manuel Romero: Aunque, en mi caso, uso la IA tanto para investigación como para la docencia, en esta ocasión, me centraré en el segundo aspecto, es decir, en cómo usamos la IA para mejorar la docencia de nuestro estudiantado de grado y máster.

¿Cómo cree que la inteligencia artificial puede transformar el campo de la investigación enfermera en los próximos años?

“La inteligencia artificial impulsará la investigación enfermera al facilitar el manejo de grandes volúmenes de datos clínicos y potenciar la toma de decisiones basada en evidencia”. Esta no es mi respuesta. Le he hecho la pregunta a una IA y esa es su respuesta. Estoy de acuerdo con ella, pero con matices. En primer lugar, es innegable que la IA ayuda a gestionar grandes bases de datos, pero los datos son recogidos por personas y, por tanto, aunque la IA pueda ayudarnos a extraer conclusiones de ellos, éstas dependerán de la calidad de los datos recogidos y estos, a su vez, dependen de la capacidad y voluntad humana. También es volitivo el usar la evidencia en la toma de decisiones. Es decir, aunque la IA nos ayude a analizar los patrones de cuidados, el cambio de práctica depende exclusivamente de nosotros. La IA ha venido para ayudarnos en tareas instrumentales, pero, de momento, no supone aún cambio de paradigma en la investigación… reitero que, a día de hoy, porque no sabemos hasta dónde podrá llegar.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son los principales retos éticos y prácticos que plantea la integración de la IA en el ámbito enfermero?

En primer lugar, un reto permanente que es seguir garantizando la confidencialidad y seguridad de los datos. Este clásico requisito ético asume nuevos retos con la incorporación de la IA, que necesita datos para ser entrenada. En el caso del uso de la IA para generar algoritmos de decisión clínica, vigilar que éstos no generen desigualdades. Si los datos con los que es entrenada no representan adecuadamente a toda la población, los algoritmos pueden inducir decisiones clínicas erróneas para determinados colectivos minoritarios. La enfermería, como siempre, debe abogar por estas minorías. Asimismo, no se puede olvidar de que estos algoritmos no pueden ser interpretados como algo que “suplante” a la enfermera en la toma de decisiones clínicas. Por ello, es necesario asegurar la formación adecuada de los profesionales en el uso de la IA, tanto a nivel de investigación como de práctica clínica.

¿Qué oportunidades ofrece la IA para mejorar la calidad y la eficiencia de los cuidados en el día a día de la práctica enfermera?

La IA ofrece la posibilidad de anticipar riesgos mediante sistemas de predicción y apoyar la toma de decisiones clínicas y la organización sanitaria con datos en tiempo real. Pero, sobre todo, creo que la IA podrá liberar a la enfermera de tareas administrativas, optimizando el tiempo de trabajo y permitiendo dedicar más tiempo al cuidado directo del paciente.

¿La IA puede ayudar a personalizar los cuidados enfermeros? ¿De qué manera?

Como hemos dicho, mal utilizada puede generar desigualdades, pero, si somos capaces de hacer que la IA pueda analizar grandes volúmenes de datos clínicos con perspectiva tanto clínica como social, puede ser útil para identificar patrones individuales. Esto permitiría adaptar planes de cuidados a las características de cada paciente, favoreciendo una atención más centrada en la persona. Sin embargo, no podemos olvidar factores como las preferencias del paciente.

¿Qué impacto puede tener la IA en la Universidad y en el Grado en Enfermería?

De hecho, ya la tiene. Estamos usando ya la IA con nuestros estudiantes en distintas experiencias como en el desarrollo de pacientes virtuales para el entrenamiento de habilidades como la entrevista clínica o la administración de cuestionarios. De esta forma nuestro alumnado puede practicar de forma infinita, algo que es imposible en las prácticas clínicas, dadas las limitaciones de número de pacientes a los que pueden entrevistar. Este es solo uno de los ejemplos que expondremos en las jornadas.

¿Qué tipo de formación o competencias cree que serán necesarias para que las enfermeras puedan integrar la IA en su práctica profesional?

Será necesario desarrollar competencias en alfabetización digital para usar la IA de forma adecuada. Sin embargo, también necesitamos potenciar el razonamiento clínico y el análisis crítico para ser capaces de interpretar de forma adecuada las propuestas de la IA.

¿Cómo puede la inteligencia artificial complementar (y no sustituir) el juicio clínico y el componente humano de los cuidados enfermeros?

Actualmente la IA directamente “no da ni una” a la hora de determinar diagnósticos enfermeros. Esto marca una diferencia con la asistencia al diagnóstico médico, en el que ya hay literatura que apoya su utilidad de la IA en mejorar la precisión diagnóstica, por ejemplo, en algunas pruebas radiológicas. Supongo que, bien entrenada, en el futuro podría ser útil para ayudar a las enfermeras a detectar patrones diagnósticos en los datos obtenidos en la valoración.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a sus compañeros de profesión que asistirán a las Jornadas sobre el futuro de la enfermería en un entorno cada vez más digital?

Que la IA ha llegado para quedarse, nos guste o no… el reto es cómo integrarla en la docencia, investigación y asistencia enfermera para sacarle beneficio y evitar sus potenciales perjuicios. Para ello, las enfermeras debemos participar activamente en su desarrollo y su utilización.